Los motores del capital - INVERSIONES EN MAQUINARIA AGRICOLA

El fuerte crecimiento de la producción de granos y la modernización tecnológica en el agro dio el empuje para la reactivación de la fabricación local de maquinaria agrícola, sector que, protegido por medidas comerciales, es uno de los puntales de la industria de bienes de capital. La ministra de Industria, Débora Giorgi, inauguró ayer la ampliación
de la planta de la firma John Deere, en la que se volverá a fabricar tractores y cosechadoras e incorporará una nueva línea de motores. Según el Ministerio de Industria, empresas del sector informaron recientemente inversiones por 400 millones de dólares. Esta semana también se anunciará una inversión por parte de Deutz Agco Motores, especializada en motores para maquinaria agrícola.
Este sector sufrió un importante deterioro en los ’90, sobre todo a partir de la devaluación del real en 1999, lo que provocó el traslado de muchas plantas de firmas multinacionales al país vecino, en especial en el caso de los fabricantes de cosechadoras y tractores. El proceso se desanduvo gracias al nuevo esquema de tipo de cambio competitivo, altos precios de los commodities del agro y protección comercial a la industria nacional. Según datos del Centro de Estudios para Producción que depende de la cartera industrial, en 2010 la venta de maquinaria agrícola nacional participó en un 48,6 por ciento del mercado local. En total, en 2010 se sustituyeron 180 millones de dólares en importaciones.
La industria local tiene especial peso en la fabricación de sembradoras e implementos. En el primer caso, la participación en las ventas llega casi al ciento por ciento, mientras que en implementos se ubica en el 70. En tractores y cosechadoras, la relevancia de la fabricación nacional es mucho más baja, de 29 y 21 por ciento, respectivamente. Según datos de Industria, el déficit comercial anual en esos dos segmentos es de 300 millones de dólares, por lo tanto es allí donde el Gobierno busca incentivar la sustitución de importaciones.
Con el desembolso de 130 millones de dólares que empezó a realizar John Deere para ampliar su planta, la firma sustituirá importaciones por 120 millones de dólares y aumentará las exportaciones a la región en 155 millones al año, a través de operaciones de empresas propias y de proveedores que le venderán a otras filiales. Fabricará en el país siete modelos de tractores, cuatro de cosechadoras y una línea de motores de tres cilindros. El proyecto, que se completará en 2015, generará 300 puestos de trabajo directos y mil indirectos, y la compañía se comprometió a integrar un 55 por ciento con partes nacionales.
“El mercado argentino ha alcanzado un tamaño que justifica comenzar a fabricar de nuevo tractores y cosechadoras”, señaló a Página/12 el presidente de John Deere Argentina, Antonio García. La firma estadounidense produce en su planta de Granadero Baigorria, Santa Fe, 15 mil motores diesel por año y ahora instalará una línea de montaje para fabricar tractores y cosechadoras. El objetivo es sustituir todas las cosechadoras que la filial importa en la actualidad y los tractores que provienen desde la India y México. Tanto tractores como cosechadoras tienen licencias no automáticas de importación que aplica el Ministerio de Industria. La dificultad que eso supone para realizar la importación y la protección que genera para el productor local fueron algunas de las causas que motivaron a John Deere a realizar la inversión. “En 1996 esta empresa se tuvo que ir del país y hoy está presentando una inversión millonaria que genera producción y trabajo argentinos”, celebró Giorgi.

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