A partir de desechos pesqueros, logran aislar un biomaterial con 200 usos posibles

El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) logró aislar un biomaterial de los desechos pesqueros, que tiene hasta 200 usos posibles en diferentes industrias.
Se trata del quitosano, sustancia que se obtiene de la quitina presente en las partes duras del cuerpo de muchos invertebrados, como el caparazón de crustáceos marinos (camarones, langostinos, langostas, cangrejos y krill).
Este elemento tiene capacidad para formar películas (films) que pueden utilizarse para la elaboración de recubrimientos, y también tiene propiedades emulsionantes y absorbentes.
Según el INTI, podría usarse para el recubrimiento de semillas, la producción de gasas, vendas e hilos de sutura y como aditivo bactericida en jabones y agente hidratante y cicatrizante en cremas.
También puede utilizarse como preservante, antioxidante, emulsionante, y estabilizante de color; y como soporte para la inmovilización de enzimas, producción de biosensores y el reemplazo de productos plásticos.
El quitosano puede utilizarse en diversos tratamientos de aguas residuales y para la captura de metales pesados y pesticidas, en la fabricación de papel y de fibras para la elaboración de filtros especiales, así como en productos textiles.
El trabajo realizado por el Subprograma de Microbiología del INTI, dirigido por César Melton Libenson, tiene indirectamente un impacto positivo en la conservación del medio ambiente, ya que los exoesqueletos de camarones y lagostinos constituyen un desecho pesquero sin ningún tipo de aprovechamiento hasta ahora.
Según el informe del INTI, "la disposición inadecuada de estos residuos sin ningún tratamiento previo, podría generar problemas de contaminación debido a la acumulación progresiva de materia orgánica en el medioambiente".
Por ello el trabajo -que reconoce a estos desechos como "fuente de materia prima"- permite "minimizar el impacto medioambiental y darle valor al residuo".

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