EL TRIGO, UNA PINTURITA - Ganan mucho, pero se quejan porque quieren más
El margen bruto promedio de rentabilidad con los descuentos adicionales de molinos y exportadores se ubica en unos 173 dólares, cuando la media histórica es de 110 dólares, según el INTA. Es un resultado muy alto en comparación con años anteriores.
La rentabilidad de los productores de trigo se encuentra en un nivel muy alto en términos históricos, a pesar del problema en la comercialización que motivó el lockout por parte de las corporaciones agrarias. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) elaboró un informe en el que elevó a 15 millones de toneladas el pronóstico de la actual cosecha y calculó un margen de utilidad que está en los mejores niveles desde la salida de la convertibilidad, aun teniendo en cuenta el descuento en el precio que sufren los productores a manos de las comercializadoras. Según este trabajo, un productor pequeño de hasta 80 hectáreas obtendrá entre 13.840 y 24.000 dólares por su trigo, y uno de tamaño medio, de unas 200 hectáreas, recibirá de 34.600 a 60.200 dólares. El margen bruto promedio de rentabilidad tomando los precios de mercado se ubica en unos 173 dólares, cuando la media histórica es de 110 dólares. “Se quejan en la abundancia”, dicen en el Ministerio de Agricultura.
“Las muy buenas productividades unitarias alcanzadas a medida que avanza la trilla permiten ajustar la estimación nacional de la producción a 15 millones de toneladas (14,5 millones el mes anterior)”, indica el Informe de Coyuntura del Mercado de Granos, elaborado por la estación experimental INTA Pergamino. Además, destaca que a fines de la semana anterior ya se había cosechado más del 84 por ciento del área proyectada, unos 12 millones de toneladas producidas en 3,7 millones de hectáreas.
Para el cálculo de las rentabilidades, el informe utiliza como precio de referencia el que efectivamente se pacta en el mercado, de unos 180 dólares la tonelada. Este valor está por debajo del denominado FAS teórico que deberían percibir los productores por la venta de su cosecha, que es de 230 dólares, conformado a partir del precio internacional descontados las retenciones y gastos de embarque. “Las expectativas económicas del cultivo son atractivas con estos precios, pero la preocupación con la comercialización se agrava en la medida que avanza la cosecha”, admite el trabajo. Añade que los precios distan entre 50 y 60 dólares del FAS teórico.
El diferencial de precios constituye una fuente de sobreganancia para las empresas molineras y exportadoras. Esta situación se genera por un sistema que asegura cupos para las comercializadoras, limitando fuertemente la competencia y reduciendo el poder de mercado de los productores, con el objetivo de garantizar el abastecimiento interno a precios más bajos.
Para la presente campaña, el rinde promedio que calculó el organismo es de 32,8 quintales por hectárea, un 22,3 por ciento superior a los 26,8 quintales del ciclo anterior, que fue golpeado por la sequía. Para un rinde de 35 quintales por hectárea, el ingreso bruto utilizando el precio de mercado sería de 630 dólares, indica el informe. A ello debe descontarse un 22 por ciento de gastos de comercialización. Sobre los 491 dólares restantes, el INTA reconoce costos directos de 318 dólares por hectárea (57 de labranzas, 42 de semilla, 152 de urea, 23 de agroquímicos y 44 de gastos de cosecha), con lo que se llega a un margen bruto de 173 dólares por hectárea de trigo.
En términos históricos, el actual margen medio de 173 dólares supera ampliamente el promedio de 129 dólares que se registró durante el período 2002-2007, y en toda la etapa de convertibilidad sólo es superado por el año 1996, comparación que se realiza en dólares corrientes. La mejor campaña de la serie es la de 2008, que permitió obtener márgenes por 253 dólares. En cambio, desde 1997 hasta 2002 la rentabilidad no superó los 129 dólares por hectárea. “El contexto agrícola en general es muy bueno, y en el trigo el nivel de rentabilidad es más que interesante”, indicó a Página/12 Reinaldo Muñoz, a cargo del informe del INTA. La bonanza se explica por la fuerte alza de precios de los commodities en general, y el trigo en particular recuperó posiciones el año pasado.
Desde Agricultura agregan que el margen medio histórico para el trigo está entre 100 y 110 dólares, bastante por debajo de los niveles actuales. “Nadie plantea el tema de la rentabilidad, pero los productores están muy líquidos, se verifica en el mercado inmobiliario en Rosario. Se quejan en la abundancia”, indican.
El INTA efectúa un cálculo similar de rentabilidad teniendo en cuenta explotaciones con rindes superiores, que son las de la zona núcleo de la región pampeana. Con una productividad de 45 quintales por hectárea, el ingreso bruto es de 810 dólares por hectárea. Restando el 22 por ciento de gasto comercial y 331 dólares de los gastos directos, el margen bruto del productor se eleva a 301 dólares la hectárea. Para estos campos, explica Muñoz, la rentabilidad histórica está entre 150 y 200 dólares por hectárea, lo que también refleja el buen momento actual.
Los datos reflejan que la situación de los productores de trigo es de bonanza, y el reclamo se explica porque el precio oficial que estableció el Gobierno les permitiría ganar aún mucho más. La menor rentabilidad que obtienen, frente a la que marca el FAS teórico, también ha generado, en algunas zonas, el reemplazo de producción de trigo por soja, que ofrece márgenes que superan los 560 dólares por hectárea.
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La rentabilidad de los productores de trigo se encuentra en un nivel muy alto en términos históricos, a pesar del problema en la comercialización que motivó el lockout por parte de las corporaciones agrarias. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) elaboró un informe en el que elevó a 15 millones de toneladas el pronóstico de la actual cosecha y calculó un margen de utilidad que está en los mejores niveles desde la salida de la convertibilidad, aun teniendo en cuenta el descuento en el precio que sufren los productores a manos de las comercializadoras. Según este trabajo, un productor pequeño de hasta 80 hectáreas obtendrá entre 13.840 y 24.000 dólares por su trigo, y uno de tamaño medio, de unas 200 hectáreas, recibirá de 34.600 a 60.200 dólares. El margen bruto promedio de rentabilidad tomando los precios de mercado se ubica en unos 173 dólares, cuando la media histórica es de 110 dólares. “Se quejan en la abundancia”, dicen en el Ministerio de Agricultura.
“Las muy buenas productividades unitarias alcanzadas a medida que avanza la trilla permiten ajustar la estimación nacional de la producción a 15 millones de toneladas (14,5 millones el mes anterior)”, indica el Informe de Coyuntura del Mercado de Granos, elaborado por la estación experimental INTA Pergamino. Además, destaca que a fines de la semana anterior ya se había cosechado más del 84 por ciento del área proyectada, unos 12 millones de toneladas producidas en 3,7 millones de hectáreas.
Para el cálculo de las rentabilidades, el informe utiliza como precio de referencia el que efectivamente se pacta en el mercado, de unos 180 dólares la tonelada. Este valor está por debajo del denominado FAS teórico que deberían percibir los productores por la venta de su cosecha, que es de 230 dólares, conformado a partir del precio internacional descontados las retenciones y gastos de embarque. “Las expectativas económicas del cultivo son atractivas con estos precios, pero la preocupación con la comercialización se agrava en la medida que avanza la cosecha”, admite el trabajo. Añade que los precios distan entre 50 y 60 dólares del FAS teórico.
El diferencial de precios constituye una fuente de sobreganancia para las empresas molineras y exportadoras. Esta situación se genera por un sistema que asegura cupos para las comercializadoras, limitando fuertemente la competencia y reduciendo el poder de mercado de los productores, con el objetivo de garantizar el abastecimiento interno a precios más bajos.
Para la presente campaña, el rinde promedio que calculó el organismo es de 32,8 quintales por hectárea, un 22,3 por ciento superior a los 26,8 quintales del ciclo anterior, que fue golpeado por la sequía. Para un rinde de 35 quintales por hectárea, el ingreso bruto utilizando el precio de mercado sería de 630 dólares, indica el informe. A ello debe descontarse un 22 por ciento de gastos de comercialización. Sobre los 491 dólares restantes, el INTA reconoce costos directos de 318 dólares por hectárea (57 de labranzas, 42 de semilla, 152 de urea, 23 de agroquímicos y 44 de gastos de cosecha), con lo que se llega a un margen bruto de 173 dólares por hectárea de trigo.
En términos históricos, el actual margen medio de 173 dólares supera ampliamente el promedio de 129 dólares que se registró durante el período 2002-2007, y en toda la etapa de convertibilidad sólo es superado por el año 1996, comparación que se realiza en dólares corrientes. La mejor campaña de la serie es la de 2008, que permitió obtener márgenes por 253 dólares. En cambio, desde 1997 hasta 2002 la rentabilidad no superó los 129 dólares por hectárea. “El contexto agrícola en general es muy bueno, y en el trigo el nivel de rentabilidad es más que interesante”, indicó a Página/12 Reinaldo Muñoz, a cargo del informe del INTA. La bonanza se explica por la fuerte alza de precios de los commodities en general, y el trigo en particular recuperó posiciones el año pasado.
Desde Agricultura agregan que el margen medio histórico para el trigo está entre 100 y 110 dólares, bastante por debajo de los niveles actuales. “Nadie plantea el tema de la rentabilidad, pero los productores están muy líquidos, se verifica en el mercado inmobiliario en Rosario. Se quejan en la abundancia”, indican.
El INTA efectúa un cálculo similar de rentabilidad teniendo en cuenta explotaciones con rindes superiores, que son las de la zona núcleo de la región pampeana. Con una productividad de 45 quintales por hectárea, el ingreso bruto es de 810 dólares por hectárea. Restando el 22 por ciento de gasto comercial y 331 dólares de los gastos directos, el margen bruto del productor se eleva a 301 dólares la hectárea. Para estos campos, explica Muñoz, la rentabilidad histórica está entre 150 y 200 dólares por hectárea, lo que también refleja el buen momento actual.
Los datos reflejan que la situación de los productores de trigo es de bonanza, y el reclamo se explica porque el precio oficial que estableció el Gobierno les permitiría ganar aún mucho más. La menor rentabilidad que obtienen, frente a la que marca el FAS teórico, también ha generado, en algunas zonas, el reemplazo de producción de trigo por soja, que ofrece márgenes que superan los 560 dólares por hectárea.
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