UN PLAN INDUSTRIAL PARA DUPLICAR EL PRODUCTO BRUTO SECTORIAL EN DIEZ AÑOS. METAS Y SECTORES ESTRATEGICOS - Vamos a crear empleo profundizando el modelo
La definición, formulada por la presidenta de la Nación, es una apuesta a la política industrial, pero con mayor esfuerzo en tecnología y planificación estratégica. El Gobierno propuso diez sectores sobre los que pivoteará el plan.
El Gobierno presentó el “Plan Estratégico Industrial Argentina 2020”, con el objetivo de duplicar el PIB industrial, las exportaciones de manufacturas industriales y llegar a un desempleo del 5 por ciento. El plan fue elaborado junto con la Cepal y selecciona 10 sectores industriales a partir de diversos criterios para que en foros entre trabajadores, empresarios, académicos y representantes del sector público se discutan políticas específicas. “Lo que se quiere lograr con este Plan Estratégico Industrial es agregar valor y profundizar la política industrial del país”, indicó durante el acto la presidenta Cristina Fernández. Los empresarios mostraron apoyo a la iniciativa oficial.
Frente a la crítica que plantean algunos sectores sobre una supuesta falta de planificación, el Gobierno ya acumula dos planes estratégicos de mediano y largo plazo. En mayo del año pasado presentó el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial 2010-2016, que pretende conseguir en seis años una producción de 148 millones de toneladas de granos y un aumento del 20 por ciento en la superficie cosechada.
En esta oportunidad fue el turno de la industria. “El fortalecimiento de la industria y el cambio tecnológico son las condiciones necesarias para una sociedad con más y mejores empleos y una distribución del ingreso cada vez más igualitaria”, dijo a Página/12 la ministra de Industria, Débora Giorgi. En el acto, la Presidenta estuvo acompañada por casi todo el gabinete de ministros y una decena de gobernadores, junto a empresarios, representantes sindicales y organizaciones de derechos humanos. También estuvo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, quien indicó que “para que sea posible sostener una política social redistributiva a favor de los más vulnerables es imprescindible avanzar en el cambio estructural. Este proyecto está en línea con las ideas acuñadas por décadas en Cepal”.
Los objetivos
El plan presentado ayer se propone que la economía en su conjunto crezca a una tasa promedio anual del 5 por ciento para llegar a 2020 con una suba del PIB de 63 por ciento con respecto al valor de 2010. En el período 2003-2010, el incremento fue de 70,5 por ciento, pero gran parte de ese avance contó con la ventaja de haber utilizado capacidad ociosa, en un contexto laboral más precario. El próximo período de crecimiento requerirá necesariamente de fuertes inversiones y supondrá nuevas tensiones distributivas, ya que los trabajadores gozan de mejores condiciones de negociación a medida que la economía avanza.
La desocupación prevista para 2020 es del 5 por ciento, frente al 7,3 por ciento que mostró la última medición oficial. En 2003, el desempleo estaba en 20,4 por ciento. Es decir que con un crecimiento acumulado del PIB de 70,5 por ciento de 2003 a 2010 el desempleo cayó 13 puntos, mientras que con el avance propuesto en el nivel de actividad de 63 por ciento, la caída sería de 2,3 puntos. La reducción en la mejora laboral en cierto punto es lógica, puesto que a medida que se achica el universo de desocupados el grupo resultante es cada vez más frágil y de difícil inserción. En el Ministerio de Economía explicaron a este diario que el camino a realizar en materia laboral deberá contar con un Estado más activo en la promoción del empleo, ya sea como generador directo o subvencionando a empresas para que tomen nuevos empleados.
Por su parte, el producto industrial se duplicaría en los próximos diez años, cuando de 2003 a 2010 su avance fue de 61,1 por ciento. Para eso debería crecer al 7 por ciento anual. De esa manera, el ratio industrial sobre el PIB crecería de 20 a 24 por ciento. La inversión como porción del producto debería subir desde el 22,7 por ciento que está en la actualidad hasta el 28 por ciento. Las exportaciones avanzarían un 98 por ciento mientras que las importaciones, el 95,5 por ciento. El superávit comercial llegaría hasta los 25.631 millones de dólares.
Los sectores
El Ministerio de Industria seleccionó diez sectores que impulsarían el desempeño buscado: alimentos; calzado, textiles y confecciones; madera, papel y muebles; material de construcción; bienes de capital; maquinaria agrícola; autos y autopartes; medicamentos; químicos y petroquímicos; y software. Los diversos criterios utilizados son la generación de empleo, potencialidad exportadora, capacidad innovadora, demanda de importaciones o impacto en las economías regionales, entre otros. En conjunto, esos sectores representan el 60 por ciento del empleo industrial y explican el 80 por ciento del PIB industrial. Más allá de la amplitud del universo de rubros elegidos, hay algunos relevantes que han quedado fuera de la selección.
La intención es convocar a los trabajadores, empresarios, académicos y funcionarios públicos vinculados con cada uno de estos sectores a debatir en diez foros participativos sobre las políticas sectoriales necesarias para encarar el desarrollo en los próximos diez años. “Bajo el paraguas que ofrece el conjunto de políticas macroeconómicas que se vienen desplegando desde 2003, como el dólar competitivo, superávit externo y demanda interna sostenida, en los foros se analizarán políticas sectoriales. De allí pueden surgir iniciativas en temas normativos, financieros u otro tipo de intervención pública”, explicó Giorgi.
El primer foro de debate tendrá lugar el 29 de marzo y abordará la cadena de calzado y marroquinería. Luego, el 12 de abril, será el turno de autos y autopartes; y el 26 de abril, los medicamentos. Las mesas se extenderán hasta el 31 de agosto. Se trabajará en cinco ejes: situación de la producción nacional, sustitución de importaciones y aumento de las exportaciones; incorporación de ciencia y tecnología e innovación; consolidación de cadenas de valor locales; inserción en la cadena y crecimiento de las pymes; e integración regional y global.
nota original
El Gobierno presentó el “Plan Estratégico Industrial Argentina 2020”, con el objetivo de duplicar el PIB industrial, las exportaciones de manufacturas industriales y llegar a un desempleo del 5 por ciento. El plan fue elaborado junto con la Cepal y selecciona 10 sectores industriales a partir de diversos criterios para que en foros entre trabajadores, empresarios, académicos y representantes del sector público se discutan políticas específicas. “Lo que se quiere lograr con este Plan Estratégico Industrial es agregar valor y profundizar la política industrial del país”, indicó durante el acto la presidenta Cristina Fernández. Los empresarios mostraron apoyo a la iniciativa oficial.
Frente a la crítica que plantean algunos sectores sobre una supuesta falta de planificación, el Gobierno ya acumula dos planes estratégicos de mediano y largo plazo. En mayo del año pasado presentó el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial 2010-2016, que pretende conseguir en seis años una producción de 148 millones de toneladas de granos y un aumento del 20 por ciento en la superficie cosechada.
En esta oportunidad fue el turno de la industria. “El fortalecimiento de la industria y el cambio tecnológico son las condiciones necesarias para una sociedad con más y mejores empleos y una distribución del ingreso cada vez más igualitaria”, dijo a Página/12 la ministra de Industria, Débora Giorgi. En el acto, la Presidenta estuvo acompañada por casi todo el gabinete de ministros y una decena de gobernadores, junto a empresarios, representantes sindicales y organizaciones de derechos humanos. También estuvo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, quien indicó que “para que sea posible sostener una política social redistributiva a favor de los más vulnerables es imprescindible avanzar en el cambio estructural. Este proyecto está en línea con las ideas acuñadas por décadas en Cepal”.
Los objetivos
El plan presentado ayer se propone que la economía en su conjunto crezca a una tasa promedio anual del 5 por ciento para llegar a 2020 con una suba del PIB de 63 por ciento con respecto al valor de 2010. En el período 2003-2010, el incremento fue de 70,5 por ciento, pero gran parte de ese avance contó con la ventaja de haber utilizado capacidad ociosa, en un contexto laboral más precario. El próximo período de crecimiento requerirá necesariamente de fuertes inversiones y supondrá nuevas tensiones distributivas, ya que los trabajadores gozan de mejores condiciones de negociación a medida que la economía avanza.
La desocupación prevista para 2020 es del 5 por ciento, frente al 7,3 por ciento que mostró la última medición oficial. En 2003, el desempleo estaba en 20,4 por ciento. Es decir que con un crecimiento acumulado del PIB de 70,5 por ciento de 2003 a 2010 el desempleo cayó 13 puntos, mientras que con el avance propuesto en el nivel de actividad de 63 por ciento, la caída sería de 2,3 puntos. La reducción en la mejora laboral en cierto punto es lógica, puesto que a medida que se achica el universo de desocupados el grupo resultante es cada vez más frágil y de difícil inserción. En el Ministerio de Economía explicaron a este diario que el camino a realizar en materia laboral deberá contar con un Estado más activo en la promoción del empleo, ya sea como generador directo o subvencionando a empresas para que tomen nuevos empleados.
Por su parte, el producto industrial se duplicaría en los próximos diez años, cuando de 2003 a 2010 su avance fue de 61,1 por ciento. Para eso debería crecer al 7 por ciento anual. De esa manera, el ratio industrial sobre el PIB crecería de 20 a 24 por ciento. La inversión como porción del producto debería subir desde el 22,7 por ciento que está en la actualidad hasta el 28 por ciento. Las exportaciones avanzarían un 98 por ciento mientras que las importaciones, el 95,5 por ciento. El superávit comercial llegaría hasta los 25.631 millones de dólares.
Los sectores
El Ministerio de Industria seleccionó diez sectores que impulsarían el desempeño buscado: alimentos; calzado, textiles y confecciones; madera, papel y muebles; material de construcción; bienes de capital; maquinaria agrícola; autos y autopartes; medicamentos; químicos y petroquímicos; y software. Los diversos criterios utilizados son la generación de empleo, potencialidad exportadora, capacidad innovadora, demanda de importaciones o impacto en las economías regionales, entre otros. En conjunto, esos sectores representan el 60 por ciento del empleo industrial y explican el 80 por ciento del PIB industrial. Más allá de la amplitud del universo de rubros elegidos, hay algunos relevantes que han quedado fuera de la selección.
La intención es convocar a los trabajadores, empresarios, académicos y funcionarios públicos vinculados con cada uno de estos sectores a debatir en diez foros participativos sobre las políticas sectoriales necesarias para encarar el desarrollo en los próximos diez años. “Bajo el paraguas que ofrece el conjunto de políticas macroeconómicas que se vienen desplegando desde 2003, como el dólar competitivo, superávit externo y demanda interna sostenida, en los foros se analizarán políticas sectoriales. De allí pueden surgir iniciativas en temas normativos, financieros u otro tipo de intervención pública”, explicó Giorgi.
El primer foro de debate tendrá lugar el 29 de marzo y abordará la cadena de calzado y marroquinería. Luego, el 12 de abril, será el turno de autos y autopartes; y el 26 de abril, los medicamentos. Las mesas se extenderán hasta el 31 de agosto. Se trabajará en cinco ejes: situación de la producción nacional, sustitución de importaciones y aumento de las exportaciones; incorporación de ciencia y tecnología e innovación; consolidación de cadenas de valor locales; inserción en la cadena y crecimiento de las pymes; e integración regional y global.
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