Ganan mucho, invierten poco - DEBATE SOBRE LAS GRANDES EMPRESAS, INVERSIONES Y EXTRANJERIZACION

En uno de los paneles de la segunda jornada del Congreso de AEDA se expusieron investigaciones sobre el comportamiento de los grupos desde 2003. El valor agregado por las 500 principales empresas se incrementó muy por encima del promedio de la economía.
La cúpula empresaria no ha liderado el fuerte proceso inversor desde 2003 y los aumentos de salarios en esas firmas han sido muy inferiores al incremento de la productividad del trabajo. Esa fue una de las conclusiones del panel “Clases sociales y disputa por el excedente”, en la segunda jornada del III Congreso de la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA). Los expositores explicaron ese comportamiento en el fenómeno de la extranjerización de la economía, que no ha retrocedido desde la salida de la convertibilidad. Afirmaron que esas compañías, en lugar de reinvertir las ganancias, optaron por remitirlas a sus países de origen o girarlas como fuga de capitales.


En las investigaciones que se presentaron ayer se destacó que en la posconvertibilidad el valor agregado por las 500 principales empresas se incrementó muy por encima del promedio de la economía. Pero la creación de empleo en esas firmas no siguió la misma trayectoria, ya que continúan explicando cerca del 5 por ciento del empleo total, igual que años atrás. Es decir que el aumento en el valor agregado fue posible gracias a un sensible aumento en la productividad del trabajo, superior al incremento que se dio en la media de la economía. “El salario pagado en las grandes empresas está totalmente en sintonía con la productividad del conjunto de la economía, pero totalmente disociado de la productividad de esas propias empresas, que es mucho mayor. Es decir que en las grandes empresas hubo una distribución del ingreso fuertemente regresiva para los trabajadores”, explicó el investigador Guido Perrone, de la Universidad de General Sarmiento.
El discurso económico ortodoxo, neoliberal en lo político, plantearía ante esta situación que el ahorro de las firmas es bueno, porque permite impulsar la inversión. Sin embargo, ocurrió lo contrario. “Aunque la tasa de ganancia de las firmas más grandes es mucho más elevada en la posconvertibilidad que en la convertibilidad, no sucede lo mismo con la tasa de inversión. No son las grandes empresas las que impulsan la inversión”, señaló Pablo Manzanelli, que presentó el trabajo “Evolución y destino del excedente de la cúpula empresaria en la posconvertibilidad”. Puso como casos testigo a Telecom y a Siderar, empresas que “ganan mucho, invierten poco y se benefician de subsidios y promociones fiscales que entonces resultan redundantes, superfluos”. Manzanelli vinculó esa situación con la extranjerización de la economía nacional. “El dinero que no invierten lo remiten al exterior como utilidades o en forma de fuga de capitales, que encima afecta fuertemente el balance de pagos. Se debería desactivar el proceso de extranjerización, ponerle condicionalidades. En ese sentido sería importante que cambie el marco normativo, amparado en la ley de inversiones extranjeras de la dictadura”, indicó.
Por su parte, el investigador de Cifra, Nicolás Arceo, presentó un trabajo donde estudió cómo la política económica desde los años ’60 ha absorbido el excedente agropecuario ya sea mediante la aplicación de retenciones o por un tipo de cambio diferencial. “Salvo entre 1977 y 1981 y entre 1991-2001, la imposición fue siempre muy fuerte, alrededor del 20 por ciento”, señaló. En esos dos períodos el tipo de cambio se mantuvo en niveles muy bajos, a diferencia de los momentos de mayor imposición, cuando el tipo de cambio fue más competitivo. “La devaluación implica la transferencia de recursos hacia la producción agropecuaria, de modo que la absorción de recursos de forma directa mediante retenciones es compensada por la vía cambiaria”, explicó.

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